Y quiso la locura acompañarme en mi camino de espinas sin rosa...
Tu no lo entiendes, pero percibir la belleza de una vida llena de escollos, llega a ser adictivo. No es algo superficial ni efímero, pero por suerte se que los que tienen la suerte de rodearme mas íntimamente, aprenden a valorar cada paso, cada aliento, cada beso, cada flor.
Túmbate en el césped de cualquier parque y mira al cielo. Es azul. Es belleza en estado puro. Y lo miramos como si fuera algo normal, ¡y que va!
La tormenta llega a nuestras vidas mas tarde o mas temprano. Hagamos porque sean las menos posibles, intentemos que sean lo menos estruendosas posibles, y disfrutemos del cielo azul mientras podamos.
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Carpe diem =)