Yo te vi primero...Te vi sin querer, eterno luchador de pestañas...Parece que fue ayer, que me decías tanto y nada a la vez... Si amanecía cerca de ti, abría despacio los ojos, y te encontraba mirando espacios infinitos en mis ojos, o quizás en mis labios.
Siempre tuve miedo, huir a otros puertos mas accesibles hubiera sido una opción viable, pero no. tu luchabas por la soñadora de utopías, por los capitanes a la deriva.
Hicimos de la vida algo inexplicable, todos lo decían. los errores que cometimos fueron de dos niños que se dejaron manejar por los hilos de la envidia y por gente sin corazón.
Cuantas veces destrozamos todo lo que había a nuestro alrededor en esos ataques de amor casi prohibido..Y como iba a decírtelo...Que no les escucharas, que qué importaba, si nosotros éramos felices así.
Cuantas vueltas da la vida...Salí años después a buscar esas utopías mar adentro, soñando quizás buscarte, o al menos verte de lejos.
Si volviésemos a vernos, me arrastraría la corriente...Dejé todo igual, tu te marchaste, pero todo quedó igual, intacto...Aún hoy no se como pude salvarme...
Las fotos, tus notas en la pared, el vaso sin fregar...Hasta tus manías, ya hechas mías...Lo que se derrumbó, tardó años en hacerlo...El caso es que no estaba el sonido inconfundible de tu presencia, Tus llaves tintineando al menor movimiento en el mosquetón del pantalón.
Salvé mi vida...Espero que tu también aprendieras a salvarte...de ti mismo, y sobre todo de los demás, que tanto daño nos hicieron...Pero como siempre huías, no te dabas cuenta.
Recuérdame como lo que fui, una niña pequeña a la que sobrepasó toda la presión del entorno. Tantas sombras deshicieron el hechizo...La magia se convirtió en humo, un humo denso que no dejó ver la realidad, ni dejó vernos y mirarnos de nuevo a los ojos.
Y a todos les dije no, la lluvia de otoño arrastró todo lo que quedaba, ya no te voy a querer...¡Y como dolían las entrañas al mentir!
Dejamos mil cosas por hacer...Y en Diciembre, en realidad cada diciembre, en mi piel se tatúa tu nombre a flor de piel.
Ya no huele a ti en la que fue nuestra casa...Ni quiero...
Ahora no huele a utopías, huele de nuevo a sueños, aunque siempre habrá un rinconcito en mi alma, envuelto cuidadosamente, para no olvidar que formaste parte de unos años maravillosos.
Estamos hechos de recuerdos. Si los borramos, nos estamos borrando a nosotros mismos, una parte de nosotros.
Fuimos, somos y seremos solamente eso, recuerdos.
Y ahora...Soy feliz.
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