No te amoldes a la tristeza, no te hagas un ovillo y te refugies en ella.
No escuches a ese diablillo que te dice a tu derecha porqué has de estar triste,
ni tampoco al ángel que te diga que siempre has de estar feliz.
Busca el equilibrio, el Ying yang, el término medio, ese en el que dicen que se halla la virtud.
Pero huye de la tristeza. la encontrarás debajo de la cama, en las cajas de zapatos llenas de fotografías,
en las canciones con nombre propio, en esa camisa o vestido que esa persona te regaló,
en un aroma concreto que te evocará el ayer,
en un rincón de la ciudad que os vio nacer...Pero aún así, escapa de ella, que no te atrape en sus redes,
la tristeza es capaz de ser cual tela de araña...
Se fuerte, levántate, camina despacio, descansa y tómate un café, y si buscas en tu interior,
hallarás la fuerza para seguir adelante.
La tristeza no solo sabe de amor y desamor, sabe también de pérdida, de anhelos y temores...Es necesaria para valorar esta vida
tan llena de altibajos, aún así, ya sabes...
Aprende y camina a su lado, pero no dejes que te abrace y te ahogue.
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Carpe diem =)