Aún recuerdo la tristeza de no mirar, de atender a nada mas que no fueran sus gritos o miradas de desprecio...añoraba un roce de su piel, o una mirada que no fuera esquiva...Me embaucaron sus ojos de niño triste y no quise ver mas allá.
Pero llegó alguien que desbancó tristezas y soledades, y persiguió mis lágrimas hasta convertirlas en sonrisas no perecederas...y ahí seguimos, unidos por un destino y una vida que no he de soñar, porque es real...
Gracias por ayudarme a comerme un poco esta vida tan complicada...a mordiscos a veces, a sorbitos otras. TQ.