Querido diario...Después de tanto tiempo, escribir es dificil, simplemente creo que me olvidé de hacerlo...Borrar el pasado nunca es fácil...Por eso dejaré nuevamente caer mis pensamientos en tus páginas, tan blancas que evocan aquellas sábanas de hospital...
Los recuerdos son pequeños instantes repletos de sentimientos...A veces buenos, para recordar y dejar archivados en algún rincón del alma, otros, los no tan buenos, prefiero dejarlos perecer en mis pensamientos, con alguna telaraña de por medio...
Tenia 6 meses de vida, y todo en mi emanaba vida, a la par que se me iba del cuerpo...A los 19 años apenas si había algo de vitalidad en mi, algún brillo en mis pupilas...
Mis caprichos eran pocos, mis manias muchas, mis temores, demasiads...Sabía que estaba en buenas manos...Pero el miedo es libre...
El caso es que los milagros existen, yo quise creer en ellos...y asi fue posible ver el mismo pasillo día tras día, al levantarme obligada cada mañana para pesarme, ir cogiendo peso, por fin, poco a poco...Era todo un alivio, a pesar de todo, y las sonrisas no faltaban...La comida era siempre la misma,pero intentaba simular sorpresa cada vez que abría la bandeja, creo que de ilusiones me mantuve durante mucho tiempo... Las necesitaba casi tanto como respirar...
La rutina era odiosa, francamente...Después del peso, las analíticas, el desayuno a base de pan con mantequilla y leche, las visitas de los doctores, era todo un suplicio saber que los días no podían ser mas tediosos, sin nada que hacer, aparte de leer todo lo que en mis manos caia..
Muchos amigos dejé en esa planta de hospital, muchos pequeños con mas ansias de vivir que yo misma, pero a pesar de todo salí de allí con la esperanza de que mi vida fuera de los hospitales finalmente fuera una realidad, y no un mero sueño, sueños grabados a fuego desde que el uso de razón hizo mella en mi pequeño cuerpecito.
Como ves, amigo, todo pasa y todo llega...No se se si alguna vez volveré a abrirte...Estas páginas contienen demasiadas tristezas y quiero ponerle un punto y final a todo...Te guardaré en la estantería de mi nuevo apartamento, con la esperanza de que algún dia, mi hija Blanca, (si, algun día tendré una niña y se llamará Blanca, en honor a "La casa de los espiritus", de Isabel Allende) llegue a entender porqué su madre se negará a hablarle de sus primeros 20 años de vida...
3 meses de ingreso cambiaros mi vida el 3 de Febrero de 2004...
Gracias a esa chica, a esos padres que decidieron que una parte de su niña siguiera viva en algún lugar..Me donó la vida, y hoy puedo seguir respirando...Gracias por estos casi 6 años en los que por fin, he podido disfrutar de mi eterno Carpe Diem.