Erase una vez un pequeño corazón que, tras varios intentos de crecer, se fundió en la piel de una inocente niña...
La sangre caliente ardía indómita en todo su ser...Era por tanto, la causante del constante rubor que habitaba en las mejillas de la pequeña, implacablemente tímida antes los ojos de quienes la miraban.
Dicen que tan solo soñando, cuano ella dormía, conseguía aplacar la sed de aquel amor perdido en el tiempo, que únicamente dañó su alma...
y es que aquel corazón tenía miedo a volver a su estado natural... Tan encongido estaba, que hasta respirar se hacía dificil...
Y cuentan que un día, mientras la muchachita paseaba, vió sonreir unos ojos, y tan llenos de luz estaban, que parpadeó...
El corazón se encongió aún más, de puro miedo...Pero quiso aferrarse a esa imagen, y miró con atención...Y entonces se esfumó... Ya no estaba alli...
- ¿Los ángeles existen?
- En los sueños...
- Seguiré, pues, soñando...
"Y los sueños, sueños son..."
"Y los sueños, sueños son..."
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Carpe diem =)