Empezó como una brisa,
dulce temblar en un árbol,
amarrado a la tierra
que le daba tanto.
Y una ventisca apareció,
temblando en mi ventana,
acurrucada quedé
tendida en mi cama.
Pequeño huracan,
que no vuelas ni juegas,
que removiendo las cenizas
encontraste madera.
Madera que ardía,
que ardía y que prometía,
desbancar las soledades
que nos unian.
Te prometo un atardecer
tirados en la hierba,
deslizandose entre tus dedos
la tierra que nos rodea.
dulce temblar en un árbol,
amarrado a la tierra
que le daba tanto.
Y una ventisca apareció,
temblando en mi ventana,
acurrucada quedé
tendida en mi cama.
Pequeño huracan,
que no vuelas ni juegas,
que removiendo las cenizas
encontraste madera.
Madera que ardía,
que ardía y que prometía,
desbancar las soledades
que nos unian.
Te prometo un atardecer
tirados en la hierba,
deslizandose entre tus dedos
la tierra que nos rodea.
Deseo de amor...
ResponderEliminarDeseo de lujuria...
deseo solo deseo.
Anhelo por ti...
por tus labios, tus miradas,
tus besos, tus caricias.
Suspiros por tu sabor,
por tu amor, por el roce de tu piel.
Jadeos de tu alma.
Gemidos de tu corazon.
Sangre en mi corazon,
que no duele, que no hiere.
Sangre en mis manos,
en mis ojos, en tus labios.
Pensamientos prohibidos
de nosotros dos...
...solos,
juntos... unidos.
Deseo encarcelarme en tu corazon