Hola papi;

He escrito sobre ti y para ti muchas veces, infinidad de ellas...Me han llegado a decir, al leer algunos de esos escritos, que ojalá cuando ellos marchen, alguien les recuerde así.

Fuiste uno de los amores de mi vida, el primero de hecho, el que toda niña pequeña ve como héroe, como protector del reino que habita en su casa, de ese castillo de princesita que construisteis mamá y tú para mí, en ese mundo paralelo que creasteis para que fuera feliz, mientras todo alrededor se venía abajo...

Pero hoy no te escribo para decirte lo que ya sabés, que te quiero y te querré hasta la eternidad...Hoy quiero hablar contigo de esa culpa tan grande que me quema, que me abrasa por dentro constantemente desde que me dejaste sola, indefensa...Todo se me hacía gigantesco, y yo me sentía diminuta. Me siento tan frágil desde que te fuiste, papá...Y tengo tanto miedo a todo...Tu eras mi muro infranqueable, y con ese muro rodeándome siempre, tenía la más grande de las certezas: A tu lado, jamás pasaría nada malo. Y así fue, así conseguiste que ni la muerte, que tantas veces coqueteó conmigo a lo largo de los años, ni siquiera ella pudo arrancarme de vuestro lado.

En parte, la culpa que siento es por eso, porque creo que fuí egoísta contigo y con mamá...Pero no fuí consciente de ello hasta pasados muchos, muchos años.Ojalá me hubiera dado cuenta antes, tenía que haberos animado a salir más, a tomar algo, a comer fuera de casa, incluso a viajar. Pero todo eso era una mera utopía para vosotros, porque si yo no podía hacerlo, vosotros tampoco. O si estaba bien, (que hubo épocas en las que hubiera podido quedarme con algún familiar, o pareja) os daba miedo alejaros, que pasara algo y que no estuvieseis cerca...y yo no protestaba ante eso, porque también me daba terror estar alejado de vosotros. Pero si, ojalá hubiésemos podido hacer algo más de vida, fuera de las 4 paredes de casa o del hospital...Soñábamos los 3 con París...Pero París nunca llegó a ser una realidad, y finalmente, no pudo ser.

Toda mi vida he sentido culpa, pero no lo hablaba, porque aún me sentía peor. Quizás me da vergüenza expresar esa culpa, porque tenía la certeza de que me hubieses reñido, o te hubieras enfadado incluso, porque para ti, (y también para mamá) no tenía sentido no estar pendiente de mi 24/7. Esa era vuestra vida...De ahí mi eterna frase tatuada a fuego en mi cabeza: Éramos 1,no 3.

Me duele pensar lo que debiste sufrir cuando pasó todo lo de la abuela, porque elegir entre tu madre y tu hija, no tuvo que ser tarea fácil, sobre todo sabiendo que mamá te lo puso muy difícil, casi te dió a elegir...Pero una madre lo perdona todo, y se que ella, en sus momentos de lucidez, jamás te culpó por ello. Me decías siempre que yo era igual a la abuela, en todo, y me siento orgullosa de ello. Felicidad hacía honor a su nombre, y su hijo hizo lo propio con todos los que le rodearon a lo largo de su vida; Repartiste sonrisas y felicidad por doquier, a raudales, y tu te quedaste con las migajas...Porque la felicidad para ti era eso, que nosotras estuviésemos bien, a toda costa. Nuestras sonrisas eran las tuyas. 

La culpa duele en el alma, papá....Pero repito, se que te enfadarías muchísimo si estuvieras leyendo estas líneas ahora mismo...Por eso evitabas a toda costa, sobre todo esos últimos 2 meses que te viera en persona...Me aislaste con la excusa del covid para que no viera ese deterioro físico tan cruel que tuviste en los últimos tiempos...Que yo pudiera sufrir por ti, no era una opción que considerases válida. Que yo llorase por ti, no era algo que entrara en tus ideas...Yo tenía que estar apartada de todo mal que no fuera el mío propio, y luchaste con uñas y dientes para que asi fuera...Sonreías siempre, hacías bromas, me cantabas por teléfono...Así fué hasta el antepenúltimo día de tu marcha, que se te fue la cabecita...Por eso no eras de este mundo, papá...Quizás por eso te reclamasen allí arriba tan pronto...El sufrimiento de los tuyos por tu culpa, no tenía cabida en un alma tan dulce, casi infantil, un alma que vino a regalar risas y sonrisas, seguridad, ternura, generosidad plena, y que no importase nada mas que el bienestar de los tuyos. Esos ojos verdes, que estaban tristes mientras sonreías...Ay...En esos ojos cabía un mundo entero de sufrimiento, pero también de ilusiones...Ilusiones que llevaban implícitas 2 palabras: Lo conseguiremos. 

Esperanza eterna en los pasillos de la U.C.I...Y un diccionario completo de dulces palabras cada vez que traspasabas aquella puerta, de la U.C.I o de la habitación del hospital, y te acercabas a mi cama.

Eres luz papá. Fuíste tú, y solo tú, el que me sirvió de guía...Y no puedo estar mas orgullosa de haberte tenido como padre...Creo que no pude tener mas suerte. 

Fuísteis los padres más maravillosos del mundo, de mi mundo...Y lograsteis que, lo que podía haber sido un infierno, fue un cielo de colores. No pude tener mas amor, mas cariño, mas apoyo, mas sonrisas y alegría, más todo. Porque todo me lo disteis. Todo. Porque aunque estuvierais llorando por dentro, siempre estábais cantando, bailando, haciendo bromas, leyendo conmigo, paseando en la silla de ruedas, haciendo sopas de letras... Fuisteis padre, madre, cuidadores, enfermeros, profesores, animadores...Que no había día sin sorpresas. Y por eso os doy las gracias. Te doy las gracias, papá...

Pero de ahí viene todo. porque todo lo que me dísteis, y yo no supe devolver ni una centésima parte de ello...Esa es mi cruz. mi sentimiento de culpabilidad. Mi esperanza fue como la tuya conmigo, hasta el último minuto no pude creer que no eras inmortal. Te creía invencible. Te veía súper héroe...Y eso lo fuíste, sin duda, pero no me di cuenta hasta el final, que hasta los superhéroes tienen fecha de caducidad.

Sigo perdida en un mundo que gira y que sigue igual que antes, aunque para mi se haya eclipsado el tiempo en el día que cerraste esos ojos verde esperanza...Y me duele, me duele ver que todo sigue igual, aunque no estés. 

Pero veo mariposas blancas a menudo, papá...Te quiero, mas allá de toda coherencia. Hasta que volvamos a encontrarnos, y jamás vuelvas a soltar mi mano.