En los ojos habita un mundo que a veces pienso que es la puerta a los mil y un universos que aún, en nuestra minúscula existencia, no sabemos qué nos depara, o a donde nos lleva...Son esos ojos que se mueven cerrados cuando soñamos, son esos ojos que tienen cientos de porqué, que están repletos de sentimientos que, a veces, hablan mas que la boca que nos cuenta esa misma historia, de esos mismos universos, (quizás paralelos) y que se detiene el mundo si son miradas de un ser querido.
Yo tenía la inusual costumbre de sonreír sin querer, cuando tus ojos verde esperanza me miraban, papá. Tus ojos veían un mundo donde tu hija crecía y crecía, se hacía adolescente, mujer, y conseguía tener una vida mas allá de aquellas puertas de hospital, donde jamás os dieron esperanza...Pero como decía un poco mas arriba, eran tus ojos en los que habitaba esa chispa, y la vida quiso que ese universo que imaginaste para mi, se cumpliera.
Y aquí estoy, a dos meses de cumplir los 40, cuando tan siquiera debía haber cumplido 2 o 3...
No puedo expresar cuanto extraño esa mirada de orgullo cuando me veías, a cualquier hora del día, esa mirada que me veía como yo jamás me ví, ni me veré, como su pequeña princesita que luchó con uñas y dientes, junto a sus dos caballeros andantes, que érais vosotros dos, mi padre y mi madre...y que, contra todo pronóstico, conseguimos vencer las adversidades que cada día, cada mes, cada año, venían hacia nosotros como huracanes, donde todo lo devastaban...Pero el amor todo lo puede, y era la base de todo, y vuestra risa, aunque lloraseis con el alma cuando yo no os viera, era el bálsamo que todo lo curaba.¡Y que felices éramos...! Con sólamente estar juntos, tomar un café, sentarnos a hablar, abrazarnos, y decirnos mil veces al día lo que nos queríamos. No necesitábamos nada mas.
Hoy, a esta hora que ni sé cual es, te recuerdo como el protector del reino que habitaba en nuestra casa, y siento un orgullo tremendo de haberte tenido como padre, amigo, tutor, profesor, enfermero, cuidador...Todo lo dabás, todo lo hacías, sin reproches. Tu y mamá.
Que ni todo el oro del mundo puedan comprar la vida que construiste para mi...Que siempre serás el mejor padre de mi pequeño universo. De aquí a la eternidad, cuando vuelva a tus brazos, y vuelva a reflejarme en tus pupilas.
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Carpe diem =)