A finales de los 90, llegaron los pokémon...y yo era una freak de la época, la niña extraña que jugaba a juegos extraños, devoraba en un día uno o dos libros, a veces comenzando por la úl

tima página...luego jugaba a mi game boy...siempre rodeada de vosotros.

Tenía más aspecto de niña del tercer mundo que del primero, por mi barriguita y mi extrema delgadez, pero jamás me sentí rara, excluida, poco querida por mis compañeros y amigos, y mis padres era el centro de mi peculiar universo, uno donde el amor era la base de todo, su risa el bálsamo que quitaba mis dolores y mis penas, y los te quiero eran tan comunes como el respirar. Fui una niña feliz, fuimos una familia feliz...a pesar de todo. Gracias a ti y a mamá, mi mundo no lo recuerdo en hospitales, si no en salas donde jugar, leer, cantar y reír, y donde todo se solucionaba si estábamos juntos.  

Si volviese a nacer, si me dieran a escoger, haría como en los juegos que se llamaban Pokémon, que de una bolita salieses tu…Porque te elegiría a ti, papá, una y otra vez, sin duda alguna, y siempre serás mi guía, mi luz, mi esperanza…Te quiero mas allá de todo lo que puede significar la palabra misma, de toda cordura, de toda existencia…Y allá donde te encuentres sé que jamás me soltarás la mano, que no me dejarás sola…Porque sin ese atisbo de esperanza en que me consuela pensar que volveremos a encontrarnos, en otra vida, en otro universo…No podría seguir adelante.

Al final del día, creo que me aferro a todo lo que veo y me recuerda a ti, una mariposa blanca, una pluma, un olor…Te sueño a veces, y siempre te visualizo sonriendo…fuiste el mejor padre, el mejor de los maestros de vida, el que lucho con uñas y dientes hasta el final, para que no te viese triste ni mal en ningún momento…Eras todo lo opuesto a la palabra egoísmo, con una fuerza interior y una dulzura tan infinita, que quizás por eso te marchases antes de tiempo… Quizás, no solamente para mi eras un ángel. 

Que felicidad era abrir los ojos a las siete de la mañana y ver como cruzabas esa puerta de hospital…Esos abrazos en los que cabían universos, esas palabras que eran el bálsamo necesario para que las malas noticias de esos años, no fueran tan malas…y sé que aún hoy, nadie entiende que nosotros tres éramos solamente uno, y que a pesar de todo lo que nos rodeaba en ese universo paralelo que era nuestra vida, éramos felices, muy felices.

Todo lo que luchasteis por mí, acabó mereciendo la pena, contra todo pronóstico, contra todo lo escrito en la literatura médica, contra todo lo inimaginable...Pero vuestra fuerza interior y vuestro cariño era tan inmenso, que todo lo pudo. Y aquí me tienes, acercándome a los 40 años, escribiéndote unas letras para que te lleguen, allá donde estés... Sueño contigo, y sé que estás conmigo, te siento...y si me dieran a escoger al nacer, volvería a elegir esta vida, para estar con vosotros... Ojalá pudiera jugar a pokemon, y que de una bolita salieras tu…porque te elegiría a ti, papá, una y otra vez, sin duda alguna. y te elegiré siempre como mi guía, mi maestro, mi ángel, mi médico, mi enfermero, mi amigo, mi padre... Te quiero más allá de toda cordura, de toda existencia, y allá donde te encuentres, sé que no me soltarás la mano...