- Creo que es amor, madre.

- Que no hija, que es locura, que nadie se enamora en dos dias.

- Que no madre, que la vida me da vueltas, y me dice mi cabeza que salte y grite, y grite y salte, que merezco este amor que llamas loco, pues que sería de mi sin un poco de locura.

Déjame madre, deja que enloquezca y las entrañas se me hagan puré. Que quizá dure un dia y medio y mañana ni se acuerde de mi, pero necesito saborear este vino tan dulce que se me hace en los labios cuando en él pienso, que ni duermo por verle dormir...

Te conté, madre, que fué mi revolución? que me invadió la tristeza al saber que podía perderlo, que tuve la certeza y el valor de su pérdida, que me agoté de bailar haciendo equilibrios sobre mi pie izquierdo para no herirle, que me cansé de esperar llamadas a deshora, y ni a la hora en punto siquiera llamó. Pero no puedo hacer nada madre...

Me disparo a bocajarro en el alma, y tuve que deshojar los pétalos de mi roto corazón.

Pero debo seguir, debo volver a arriesgarme...

Yo lo se, madre, que todo son recuerdos, que mi sonrisa oculta mis lagrimas, pero quiero morir amando aunque solamente ame yo...

Madre, no te lo niego, puede ser que regrese a ti llorando, pero esta es mi guerra y debo terminarla con un último disparo que sepa a beso. a beso y a despedida. Que las guerras de hoy en día quisiera que solo finalizaran así, con desgarro en el corazón, pero con esperanza en la mirada. Y que nunca, nunca me olvide.